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SEDUCIDO
POR EL CAOS
Ha vivido mucho contracorriente y se ha ganado el apelativo de niño
malo, quizá por haberse mantenido tanto tiempo sin disimulo
en el vórtice de las más feroces polémicas. Lo
que me ha ayudado en esta vida a mantener esa independencia es muchísimo
amor y curiosidad intelectual. No admito estancamientos porque a mí
lo que me gusta es conocer y eso nunca tiene fin. Si además cuando
te metes de lleno en un tema, te inclinas hacia aquellos que tienen más
carga crítica o sentimental, pues... ya está armada".
Y es que Antonio para algunos, es un especialista precisamente en eso,
en armarla. Trabajé en el Banco de España en su asesoría
jurídica. Dejé aquello -buen empleo, buen sueldo, importante
status- por irme de aventura, a descubrir otros mundos, otros valores.
Eso no gustó a mis amigos que nunca entendieron mi decisión.
Y es que mi necesidad va más por el terreno de la investigación
que por la acumulación de capital. Así comenzó
su aventura hippie en Ibiza donde se instala en una casita sin agua ni
luz, pero idónea para escribir y traducir más de cuarenta
libros de filosofía y política. En aquel tiempo Ibiza se
mantenía bohemia y libre, sin aglomeración de turistas,
un perfecto entorno que le permite bucear en el mundo de las drogas y
explorar los efectos de éstas sobre la mente humana. Es más
peligroso decir que la droga destruye, que decir que enseña. La
demonización funciona como promoción indirecta, esto ya
es algo muy viejo. Cuando considera que aquello no le aporta nada
más, regresa a Madrid con su mochila llena de experiencias. Este
licenciado en Derecho, Filosofía y Sociología, en la actualidad
trabaja como profesor Titular de la Universidad a Distancia (UNED), soy
profesor Titular y no pienso pelear por la cátedra. Nunca me imaginé
que llegase a tan viejo, y tener tanta ilusión por continuar conociendo,
preguntándome cosas... y seguir queriendo.
Habíamos quedado en una cafetería cercana al Templo de
Debod en Madrid. Cuando llegué, él ya había pedido
su vinito y unos cuantos aperitivos especialidad de la casa. Vestía
un conjunto vaquero que coordinaba con su rebelde melena blanca -demasiado
larga, me confiesa-, y unas pequeñas gafas. Todo ello le da aspecto
de progre, de profesor de filosofía, de idealista de mayo del 68.
Dicen que con la edad llega la moderación; en el caso de Escohotado
no es cierto. La vitalidad se instaló en su vida y desde entonces
no ha parado un solo instante.
Acaba de sorprender a todos con su libro Caos y Orden, premio Espasa
de Ensayo. Han sido ocho años dedicados a la investigación
para concluir en una obra donde se enfrenta el orden tradicional de investigación
con otras formas de ver y entender el funcionamiento del mundo. A esta
nueva fórmula, él la llama Caos.
-Has titulado a tu obra Caos y Orden y no al revés como
proclamaban los griegos. ¿Por qué?
-El título original era La economía
del Caos pero los de la editorial me aconsejaron cambiar de título,
ya que si me inclinaba por ése, colocarían mi obra en el
apartado de economía. No te puedes imaginar hasta qué punto
llegan a marcar el destino de una obra la portada y el título.
El libro habla de las limitaciones de la planificación, las fronteras
irrebasables de todo controlismo. El caos es la variante más
profunda, más sutil del orden. No es el no orden,
sino un orden que ya no es simplemente la orden. Es una variante de la
organización que ya no es autoritaria, no es jerárquica.
Es reticular, es decir con estructura de red, como el sistema nervioso.
-¿Qué elige una persona que decide comprar Caos y Orden?
-Elige un pensamiento adaptado a la complejidad,
elige no optar por ciencia o letras, por lo especializado o no especializado.
Por supuesto, se aleja del simplismo.
-Comentas en tu libro que en los últimos diez años no han
existido descubrimientos científicos importantes y que ahora los
investigadores están nerviosos porque no tienen temas para debatir.
¿A qué es debido esto?
-Esto que comentas ocurre principalmente en el campo
de la física fundamental, la física de partículas.
En otros campos hay que reconocer que han tenido lugar descubrimientos
sensacionales que creo van a cambiar para siempre la condición
humana. En la física molecular creo que los científicos
canturrean por debajo eso de "miénteme mucho..." Claro,
han conseguido unas inversiones brutales para descubrir cosas increíblemente
lejanas del Universo y creo que por ahí no se va a descubrir nada.
Lo que había que descubrir se hizo hace muchos años, pero
como se sigue invirtiendo ahí pues siguen existiendo en ese campo
doctores y gentes muy cualificadas haciendo nada. Hay que cambiar de puntos
de vista. En el libro me he metido en física fundamental, en matemáticas
para demostrar que el campo del saber humano es un sólo campo y
que no vamos a ningún sitio compartimentándolo o separándolo
y llenando todo de expertos absolutos, cuando a la larga no son más
que ignorantes absolutos porque sólo conocen la partícula
en la que trabajan e ignoran el resto.
-Es cierto, te atreves a hablar de economía, filosofía,
matemáticas, física...
-Es un libro ambicioso que me ha llevado ocho años
de investigación intensa.
-Has dedicado dos capítulos al caos de la libertad. ¿Qué
relación guarda el caos con la libertad?
-Mucha. La libertad no es posible donde se asienta
un principio de previsión. La fragua del azar es la fragua de la
libertad. La libertad nunca complacerá al controlista, al que declina
el verbo creer, el verbo salvar... esos verbos que han hecho tanto daño
a la condición humana y tanto nos han aborregado y sometido. Comprendido
el caos, en buena medida gracias a los ordenadores como una forma más
sutil de orden, el caos es por una parte el aliado más inexcusable
de la libertad y por otra, su consecuencia, la prueba de que la libertad
es una sustancia cósmica y para empezar, la sustancia humana.
-Una de las teorías más atrevidas e innovadoras con las
que se cerró el pasado siglo fue -como explicas en el libro- la
Teoría del Caos. Aquello supuso un salto en las ideas y obligó
a replantear muchas de las cosas sabidas hasta el momento. ¿Se
podría trazar un paralelismo entre caos y progreso? ¿Toda
evolución va precedida de un cierto proceso caótico?
-Muy buena pregunta. Sí, incondicionalmente.
Sí porque si no no hay apertura y donde no hay apertura, no existe
progreso, desarrollo. Hemos pasado de una sociedad militarista, jerárquica,
a una sociedad comercial en términos generales. Existe una inercia
de pasado: Al padre le gusta que su hijo le obedezca a muerte; al hijo
que su padre trabaje como San José en vez de como alguien autónomo;
a la madre pensar que ella es la única digna y que el resto son
medio rameras. Y por otro lado existe lo que algunos llaman sociedad-red,
una sociedad que introduce nuevos valores sociales que chocan con las
jerarquías y el inmovilismo. Potencia al individuo.
-¿Cómo se potencia al individuo dentro de esa sociedad-red
que hablas?
-Porque esa unidad en red no es contrapuesta al
individuo, sino que precisamente cultiva la diferencia. Fíjate,
nosotros estamos compuestos por células. Cada célula tiene
como centro a sí misma. Sin embargo ¿cómo están
relacionadas unas con otras? A través de varios sistemas: nervioso,
endocrino, inmunológico. Las conexiones son totalmente reticulares,
no son jerárquicas. En una red no sabes cuál es el centro,
lo único que existen son distintos nudos. Pues esto mismo ocurre
con la organización de los seres vivos. La clave de la Teoría
del Caos es reconocer que el Universo no está muerto porque se
había matado para que pudiese vivir Dios. Sólo al morir
Dios ha resucitado el Universo. Ni siquiera un grifo que gotea lo hace
de forma regular aunque nosotros lo sometamos a fórmulas matemáticas.
Romper con el principio de inercia es lo esencial en la teoría
del caos que llevado a todos los campos tiene unas repercusiones tremendas,
por ello he intentado definirlo como el Caos de la Libertad.
-¿Por qué en el transcurso de nuestra vida, cuando se introduce
un elemento innovador, se tiende rápidamente a corregirlo para
que todo vuelva a al orden anterior?
-Se intenta pero se consigue difícilmente.
El orden de nuestro mundo -por ejemplo la meteorología o la política-
no es un orden de péndulo de Galileo que sube igual a cada lado
porque oscila en un perfecto vacío. Nuestro orden es por fluctuaciones
y esas fluctuaciones son en principio vuelos aleatorios.
-Debe de ser difícil elaborar un libro como Caos y Orden y además
hacerlo con un lenguaje asequible al entendimiento de profanos.
-Te confieso que es lo que más me ha costado.
Decidí traducir todo hasta el punto de que cualquiera pudiese entender
todo lo que tenemos delante de nuestras narices y pudiese ver las cosas
de otra manera.
-Te han colgado el cartel de disidente, niño malo...
-...anarquista de derechas, libertario... y yo qué
se cuántas cosas. Huyo de las etiquetas porque es una forma de
encasillar las cosas.
-Y dada tu trayectoria, ¿crees que sólo a través
de este tipo de posturas se puede llegar a la reflexión?
-Yo creo que no. Lo que en esta vida me ha mantenido
en una actitud de independencia es muchísimo amor y curiosidad
intelectual. No admito estancamientos porque a mí lo que me gusta
es estudiar y conocer. Eso no tiene fin.
Escohotado se ha pronunciado siempre a favor de la legalización
de las drogas. Considera que esta medida acabaría con el tráfico
y el consumo indiscriminado que tantas vidas se ha cobrado. En casi todas
las entrevistas le preguntan por lo mismo esperando que después
de tanto tiempo, el profesor haya cambiado de idea. Me confiesa que el
tema le acaba aburriendo. El investiga, no es ninguna atracción.
-Hace muy poco, un grupo de investigadores españoles aseguraba
que el principio activo del hachís curaba el cáncer cerebral
en las ratas. ¿Qué más cosas curan las drogas?
-Cura mucho, pero sobre todo el miedo humano. Ayuda
al ser humano a conocer mejor los complejos pliegues de su alma, conocer
dónde tiene sus debilidades, sus fuerzas... creo que las drogas
tienen un gran futuro. Una humanidad hipertecnológica como la que
vivimos es inconcebible si no se producen progresos comparables en la
síntesis de drogas que por lo demás se está produciendo
ya. Es increíble el altísimo nivel que ha alcanzado ya la
psicofarmacología. Lo que ocurre es que como aún el 99.9%
es ilegal, pues tardará mucho en entrar en el mercado. A mí
me sigue interesando consumir drogas y descubrir sus efectos en la mente
humana. Mi propia actitud intelectualista en este campo hace que no me
quede mucho tiempo en ninguna de ellas. El alcohol, por ejemplo, es la
droga más cordial que hay: Contribuye a comprenderte con la otra
persona, romper desconfianzas, las barreras normales, los recelos. Todo
lo que te hace suponer cosas... se derrumba. Sale el lado más cordial,
el sí en el ser humano.
Se oye un claxon que suena y suena con insistencia. Escohotado cae en
la cuenta de que tiene su Golf en doble fila. Coge las llaves, se disculpa
y aprovecha el sitio que queda libre para aparcar el coche. El intermedio
lo utilizamos para cambiar de tema.
-¿Cuánto tiempo dedicas a hablar con el hombre que llevas
dentro?
-Mucho, sobre todo cuando me despierto. Soy de naturaleza
draculina y amanezco con muy poca energía. Poco a poco me voy recargando.
En ese tiempo dialogo mucho conmigo de forma muy crítica: qué
me falta, lo que ya no voy a tener... Mantengo un diálogo sobre
los límites y las denuncias.
-¿Qué es lo que más te atrae del futuro?
-Lo abierto que está.
-¿Qué has sido capaz de hacer por mantener tu independencia?
-Un par de años en la cárcel.
-Has sabido sacarle jugo a la vida. Has experimentado -según comentas-
muchas cosas, ¿qué te queda por gozar de este mundo maravilloso?
-Mi naturaleza de patriarca. Hay que ver la cantidad
de hijos que he tenido -siete- y aún no puedo disfrutar contando
historias bonitas a mis nietos. Eso me pone furioso. He llegado a pensar
que sus espermatozoides son más perezosos que los míos.
Mariló
Hidalgo
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